Читать книгу Transpersonalismo y decolonialidad. Espiritualidad, chamanismo y modernidad онлайн

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La bióloga norteamericana, que trabajaba habitualmente en el desciframiento del genoma humano, dijo que había visto un cromosoma desde la perspectiva de una proteína sobrevolando una larga hélice de ADN. Vio unas secuencias de ADN, conocidas como “islas CpG”, que le habían traído de cabeza en su trabajo, y que se hallan en más del 60% de todos los genes humanos. Vio que poseían una estructura distinta de la del ADN circundante, y que esta estructura particular les permitía ser fácilmente accesibles y, de este modo, poder servir de “plataformas de aterrizaje” para las proteínas de trascripción, que se acoplan a las moléculas de ADN y realizan copias precisas de secuencias genéticas. Dijo que la idea según la cual la estructura de las islas CpG les permitiría actuar como plataformas de aterrizaje no se le había pasado nunca antes por la cabeza, y que la investigación genética podría verificar pronto esta hipótesis.

El profesor francés había estudiado el cordón espermático de los animales durante varios años, primero en lagartos y luego en ratones. Cuando un espermatozoide sale de los testículos y entra en el cordón espermático es aún incapaz de fertilizar un óvulo, puesto que solo pasa a ser fértil después de haber recorrido el cordón, donde actúan alrededor de cincuenta tipos diferentes de proteínas. Él y su equipo habían pasado años intentado averiguar qué proteína hace fértil al espermatozoide, lo que podría tener implicaciones en el desarrollo de un anticonceptivo masculino. Así pues, en una de las sesiones con ayahuasca planteó tres preguntas. Primero: ¿hay una proteína en particular que haga fértiles a los espermatozoides? Segundo: ¿por qué no había sido posible encontrar la respuesta a esa pregunta después de años de investigaciones? Y tercero: ¿era el ratón el modelo apropiado para estudiar la fertilidad en el hombre? Las respuestas le llegaron a través de una voz que apareció en sus visiones. Como respuesta a la primera pregunta, la voz le dijo: “No, no es una proteína en particular. En este órgano no hay proteínas más importantes que otras, sino que las distintas proteínas deben interactuar conjuntamente para conseguir la fertilidad”. A la segunda pregunta respondió: “Ya contesté con la primera pregunta”. Y a la tercera pregunta dijo: “Esta pregunta no es suficientemente importante para que responda a ella. La respuesta puede encontrarse sin la ayuda de la ayahuasca. Intenta trabajar en otra dirección”.

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