Читать книгу Per la reixeta. Sol·licitació sexual en confessió davant la Inquisició de València (1651-1819) онлайн

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Les abraçades o amplexos, sobretot quan s’expliquen com a expressió d’una unió espiritual, tenen connotacions força sospitoses d’alumbradisme herètic. Fra Josep Pellisser, franciscà, segons declara l’any 1793 Francesca Cunyat, de Xàtiva, abans de confessar-la, a la sagristia, li feia el següent:

[...] tocarle la cara, besarla, abrazarla y tenerla asida estrechamente, manifestándola que se havían de unir los dos espíritus; que en una ocasión [...] la tocó los pechos. [...] No desistió de su empeño, y en este estado le cogió una sufocación; [...] que en otras ocasiones le tocó a la declarante los muslos por ensima la ropa; que sobre los pechos y vientre, estando la declarante en sinta, le hacía con su dedo una cruz.37

I el sospitosíssim fra Vicent Osca, franciscà, denunciat el 1818 per Vicenta Maria Tarasó per sol·licitacions fetes a Oliva i Gandia. Vicenta narra en primer lloc com sovint, al confessionari, «me hacía poner mi lado izquierdo sobre la misma rexa del Confesionario y él ponía el suio de la misma manera, diciéndome que le entregase mi corazón, que unido con el suyo lo quería todo para Dios, i en una de estas ocasiones me llegó a apretar fuertemente la mano contra el mismo Confesionario». També la feia anar a diferents cases d’Oliva, on, «apretando fuertemente su pecho al mío, ia drecha sobre la pared, ia echados los dos sobre la cama, me decía le entregase mi corazón, que lo quería todo para Dios, estando a las veces más de una hora en esta postura». En una altra ocasió, en una casa a Gandia, «se sentó sobre mis muslos, y alargando la mano, la iba a meter en la braga de las saias, i diciéndole io que allí no estaba el corazón la retiró, y estuvo un gran rato pegado su lado izquierdo al mío, diciéndome que le entregara su corazón, para que los dos unidos amaran a Dios». Al convent de Santa Clara de Gandia, després d’haver-la confessat, «en un pasadizo que hay del claustro a la iglesia, me metió su lengua dentro de mi boca, i unida un largo rato con la mía, me decía que quería su lengua para que alabase a Dios junto con la mía», pràctica que repeteixen en altres ocasions.38

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