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La megafiesta

El Tieso llamó y esta vez de nuevo quería llevarme a una fiesta y como habían pasado varios días, estaba encantado de repetir la historia de drogas, fiestas, mucho sexo y por supuesto él era el indicado. Ese mismo día pasó a por mí y no pude aguantar, le besé mientras se la tocaba, no pude contenerme de chupársela mientras conducía.

Estaba de cumpleaños y estaba haciendo una fiesta privada en su chalet del lago Calima, así que teníamos que pasar a por otras personas que venían con él, pero me daba vergüenza, pues el carro olía a semen, ya que me había tragado su leche y tuvimos que comprar algunos chicles para mi boca, pero íbamos por la Avenida Sexta, una de las avenidas principales de la ciudad, recuerdo que eran las 11:00 de la noche, bajé del coche para comprar cigarrillos y en la esquina había una chica rubia con una cara preciosa, se estaba prostituyendo, me dio mucha pena y me acerqué a ella y le pregunté que, qué hacía allí?

Ella me miro muy sonriente, como si hubiese encontrado el cliente de la noche y me respondió: “Papi haciendo la gestión”, se refería a que estaba buscando clientes, le pregunté su edad, tenía mi misma edad, casi quince años y me empezó a comentar que su madre le mandaba a putiar*, para llevar dinero a casa, me dio mucha pena, me fui al coche y le dije al Tieso si la podíamos invitar a la fiesta, pero que necesitaba 500.000 pesos para poder llevar a su casa y él me dijo: “Hágale, tráigase a esa perra”.


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