Читать книгу Diario de un adolescente precoz colombiano онлайн
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Podíamos ver que todos hablaban y miraban hacia el carro, seguro que estaban hablando mal de mí, porque los conocía y sabía a la perfección cómo se expresaban todos, abrí la ventana y saqué una buena bocanada de humo de marihuana para que sintieran el olor, fue un rotundo “me importa un culo lo que pensáis de mí”.
Al terminar me llevó a casa de mi madre, era hora de descansar y además no quería que me pasara todo el día loco de drogas. Al llegar a casa de mi madre sacó 500.000 pesos y me los dio, me sentí fatal, pero me obligó a que los recibiera, porque él se encargaría de mis cosas de ahora en adelante, me dijo que mantuviese operativo el teléfono, que me estaría llamando para vernos.
Cuando abrí la puerta de mi casa, mi madre saltó, porque llevaba cinco días sin aparecer y ya estaba muy preocupada, pero al verme quedó muy tranquila, le dije que me había ido de fiesta y luego me fui a la finca de mi amigo. Me duché, luego me puse en el salón y le di 300.000 pesos para los gastos, me preguntó que de donde había sacado ese dinero y le dije que me lo había dado mi amigo, se quedó callada y no hizo más preguntas.