Читать книгу Diario de un adolescente precoz colombiano онлайн

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El Tieso y yo nos pusimos a reír, había unos cuantos dormidos y tenían sus pollas duras, yo estaba tan cansado, que no quería ver más pollas, nos arreglamos y nos fuimos los dos solos a Sameco para desayunar.

En el camino el Tieso empezó a burlarse de mí, sabía que era mi primera fiesta y sobre todo mis primeras drogas, estaba claro que yo estaba hecho para ello, había superado todos los límites, pues la vergüenza que me había dado, no la soportaba ninguna perra, le encantaba, porque así me quería, siempre quiso un parcero* y estaba feliz de haberlo encontrado. Sabía que me gustaba el Rolo y Michín, pero que no le importaba, sabía perfectamente cómo eran los dos y que yo me convertiría en el ‘bebé’ de todos.

No sabía bien qué me quería decir con ello, pero me gustaba y sonreí porque al final había disfrutado mucho de aquella experiencia con todos y sobre todo me había encantado la fiesta.

Al llegar a Sameco no me dejó salir del carro y me dijo que tenían que venir ellos a atenderme, así que pude ver que Aracelly se acercó a la camioneta y cuando él abrió la ventana, se llevó una sorpresa al verme allí con él, empezó a hacernos bromas y el Tieso le respondía, en una de ellas le dejó claro que yo era su bebé, eso le dejó muy seria, yo solo me reía y encendí un porro mientras ella iba a servir lo que le habíamos pedido.


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