Читать книгу Diario de un adolescente precoz colombiano онлайн

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Sin duda le había gustado, al verme con la leche en la boca, me cogió la cara y me besó, pero después de unos segundos, sintió tanta vergüenza que me pidió que me fuera, porque podría venir su jefe y darse cuenta, me reí, pero entendí que en aquel momento, aunque lo disfrutó, se arrepintiera. Era la primera vez que hacía algo sexual con otro hombre, yo me fui caliente, me quedé con las ganas de sentir esa polla en mi culo, pero la oportunidad de follarme su polla, era algo que no iba a dejar pasar.

Ni el Tieso, ni mi amigo Julián, volvieron a aparecer durante esa semana. Pero el fin de semana, Julián volvió a abrir el negocio, venía con otro compañero, así que salí por la ventana y le saludé, me fui al negocio, pero esta vez él tenía mucha confianza y le comentó a su compañero que yo era al que le gustaba chupar pollas. Yo me sorprendí, porque me vi al descubierto, pero en vez de alarmarse, me dijo que tenía que darle el culito para completar el menú, a lo que yo le respondí: “A por eso vengo”, los dos soltaron a reírse y Julián me dijo que sacara mi equipo de sonido para poner música ese día.


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