Читать книгу Diario de un adolescente precoz colombiano онлайн
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Lorena se puso muy contenta, trajo el dinero, lo contamos y con el 1.000.000 de pesos que le di, tenía la cifra de 6.800.000, de los cuales sacamos 1.500.000 para su madre y lo demás lo guardé para entrar en contacto y empezar a hacer la vuelta* de su cirugía.
Después llamé a Diana que era el contacto del Rolo y le comenté lo que queríamos, me dijo que ese cirujano era de fiar y que muchas de las chicas se habían operado con él y que todo había salido muy bien. Cobraba 5.000.000 de pesos por liposucción y esa misma grasa la aplicaba en los glúteos, dándole forma y que los masajes de drenaje eran aparte, pero si no teníamos el dinero, él podía hacer una rebaja del 50%, pero la chica una vez operada y recuperada tenía que darle sexo hasta completar el 50%, así que le dije que luego la llamaría para confirmar y colgué.
Hablé con Lorena y esta accedió solo a pagar el 50% y luego se lo follaría para poder tener dinero para los masajes y el postoperatorio. Volvimos a llamar a Diana y le confirmamos que la operación iba adelante, pero que la paciente tenía solo quince años, me dijo que no había problema, porque el cirujano era amigo suyo, así que le dijimos que aceptábamos pagar el 50% y pagaba con sexo el otro 50% después de la cirugía. Pero necesitábamos a la masajista para el postoperatorio y me recomendó una chica que por cada sesión cobraba 100.000 pesos y necesitaría de ocho a diez sesiones, dependiendo de lo recomendado por el doctor, pero antes necesitábamos unas pruebas médicas para certificar que la paciente estaba en perfectas condiciones.