Читать книгу Diario de un adolescente precoz colombiano онлайн
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Sin querer había hecho el papel de escort y me sentí feliz pues había ganado dinero muy fácil y en tan poco tiempo, incluso me dio tiempo para sacarle otros 50.000 pesos más sin que se diera cuenta, con lo cual mi felicidad era enorme y contaba el dinero camino a la parada del bus con una sonrisa gigante, mis problemas habían pasado.
Podía pagarme el taxi, pero preferí no hacerlo, pues quería que el dinero me durara mientras solucionaba mi problema económico. Al llegar a Jamundí me encontré con una realidad diferente a la que había pensado, pude ver que era un pueblo sin gracia y al llegar a casa de mi mamá, sentí que no era mi sitio, pero quería tener la experiencia de vivir con mi familia.
Fue tanta mi depresión en la primera semana, que solo pensé en morirme y dejar de existir, así que un día salí por la calle, por si me ilusionaba el pueblo, pero mi depresión fue a mayor, echaba de menos a Diego, sin querer sentía cosas por él, aunque nunca se lo confesé, él también sabía perfectamente que así era, pues nos pasábamos horas acariciándonos sin decirnos nada, pero mirándonos fijamente.