Читать книгу Diario de un adolescente precoz colombiano онлайн

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Al ver que lo hice, confirmó sus sospechas y se rio diciéndome maricón, pero le encantó, así que me la puso en la boca y le hice una mamada hasta que se corrió dentro. Ese día nos corrimos cuatro veces, pues estuvimos toda la tarde cachondos.

Un día no fuimos a su casa y nos fuimos a una zona más adentro del pueblo, allí había varios ríos, era una zona solitaria, al llegar allí nos bañamos, fumamos y él empezó a pajearse, yo luego se la chupé, pero esa tarde fuimos a más, yo me puse de espalda y le dije que me follara el culo, aunque al principio se negó, al final cedió, pues estaba deseando hacerlo, porque nunca había tenido sexo ni siquiera con chicas y me folló tan fuerte, que terminamos de hacerlo dentro del agua.

Entonces ya había olvidado a Diego, tenía a alguien con quien divertirme de verdad, César y yo nos convertimos en más que amigos, fuimos muy cómplices desde entonces, él me veía como su novio, porque cada vez que quería me follaba o me ponía a mamarle la polla y yo estaba encantado de hacerlo.


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