Читать книгу Diario de un adolescente precoz colombiano онлайн
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Allí empecé de nuevo frecuentar a mis antiguos conocidos, pero esta vez solo con los de la cuadra de la casa de Don Hernando, Antony, Felipe, Wilmer, Jonathan y Cristian, estos eran mayores y sabían perfectamente que me gustaban los hombres. A mi regreso había vuelto más descarado y sobre todo mis gestos me delataban. Aunque no admitía que me gustaban, incluso a mi amigo Diego, cada vez que le veía le llamaba “Bebé”, por lo guapo que era.
Pero a este, solo le gustaba ponerse cachondo poniéndome cachondo a mí, en muchas ocasiones, mientras jugábamos, me mostraba la polla dura para que pudiese ver lo gorda que la tenía, pero nunca se atrevió a más.
Me tenía que hacer cargo del cuidado de Sebastián, mantener la casa limpia y preparar la comida y en las tardes, tenía que ir al hospital donde habían trasladado a Yeimy, porque en la clínica no había unidad de quemados, pero en el hospital público sí.
Muchas mañanas, antes de que llegase Don Hernando, me pasaba por la casa de Wilmer, que vivía a cinco casas más abajo de la casa de Don Hernando, él y yo habíamos hecho muy buena amistad, yo era muy morboso en muchas ocasiones, me iba a su casa, fumábamos y por ahí derecho nos masturbábamos y especialmente yo le hacía sexo oral.