Читать книгу Diario de un adolescente precoz colombiano онлайн
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Estuve casi tres horas inconsciente y cuando volví en sí, fue cuando escuché la voz de Diego diciéndome que yo no era su hermano de sangre, sino de corazón. Él, al verme que ya estaba despertando, me abrazó, me dio un beso y su madre Aracelly lo cogió de la mano y se lo llevó afuera y desde entonces nunca más volvimos a ser lo mismo.
Aparte de haber fallado en mi suicidio, tuve que soportar los reproches de mi madre y sobre todo que Diego nunca más me volviese a coger el teléfono, pero me prometí a mí mismo que eso cambiaría.
Mi madre me obligó a estudiar y me inscribió en el colegio público. No me gustaba la idea, pero era consciente de que debía hacerlo, así que intenté adaptarme. La convivencia con mi madre y su nueva pareja me resultaba intolerable, no me gustaba y siempre estábamos discutiendo.
Hubo un momento donde teníamos que cambiarnos de casa, porque a su pareja no le alcanzaba el dinero, así que encontraron una casa más barata y todos nos mudamos de nuevo.
El colegio nunca me gustó, no me gustaban mis compañeros, todos éramos pobres, pero algunos se pensaban que eran de mejor familia, eran los típicos acosadores y si no encajabas con ellos, te hacías el hazmerreír de todos.