Читать книгу El IUSAM de APdeBA. Una casa universitaria para el psicoanálisis онлайн

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Las reuniones de los miércoles escuchaban una presentación científica seguida por discusiones informales en las cuales cada miembro se esperaba que participara. La última palabra la tenía Freud, pero estos encuentros no estaban centrados en él, ni necesariamente él tenía la última opinión.

Las Actas de las reuniones fueron llevadas por O. Rank y recogen el clima polémico y conflictivo de un conjunto creciente, pero heterogéneo de participantes que discutían apasionadamente las más recientes ideas del Profesor. Los debates tenían que ver con definir la identidad del grupo: quienes eran ellos, que buscaban lograr y como cada uno iba a su modo aceptando o rechazando la creciente construcción de aquella parte de la teoría y clínica psicoanalítica que hoy se designa como la primera tópica. Las interpretaciones ad hominem entre Freud y sus discípulos estaban a la orden del día. Pero en un clima de abierto intercambio entre ellos, los participantes cambiaban experiencias clínicas de sus pacientes con los otros, y contribuían a la construcción de la naciente teoría. A veces se analizaban entre ellos, contaban sus sueños, interpretaban sus resistencias. La mirada actual diría que faltaban los beneficiosos efectos del encuadre analítico. Las hostilidades se inflamaban por la confusión acerca de los métodos del grupo y su propósito. La necesidad de encontrar un fondo común se acentuaba con la excitación que brindaban los nuevos descubrimientos.

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