Читать книгу El IUSAM de APdeBA. Una casa universitaria para el psicoanálisis онлайн

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Para Freud y su grupo íntimo, la importancia de la psicosexualidad, el matrimonio entre Eros y Psyche y el descubrimiento del inconsciente eran conceptos inamovibles. Con esta integración, la Psicología podía ser rescatada de una pobreza lamentable y las humanidades podían ser entendidas de acuerdo a leyes universales. El psicoanálisis podía ubicarse dentro de las ciencias de la naturaleza (Naturwissenschatf). La psicosexualidad fundaba un amplio campo de estudios de la vida humana y de la mente, de manera que podían tener sentido en el universo newtoniano, en la biología darwiniana y en un mundo donde la verdad era decidida por las demandas epistemológicas de la ciencia.

En enero de 1907 el grupo fue visitado por Max Eitingon2, un emisario de la renombrada Clínica Burghölzli de Zúrich. Encontró que el grupo era una confederación de “heréticos”, mucho de los cuales ni siquiera aceptaban las ideas acerca de la psicosexualidad. Registró que los miembros no siempre compartían las mismas teorías ni tenían los mismos métodos que Freud había descubierto, y todavía se estaba modificando un marco novedoso para estudiar los fenómenos mentales. La de Freud era la parte más original de su contribución a la fecha, pero los miembros de su Sociedad tenían sus propias ideas sobre metodología. En ese clima, se empezó a pensar algo en relación a institucionalizar el movimiento y formalizar las condiciones por las cuales alguien podía ser considerado un psicoanalista. Max Graf llegó a proponer que las reuniones de los miércoles dejaran de hacerse en el consultorio de Freud y pasaran a realizarse en la Universidad, propuesta que no prosperó.

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