Читать книгу Constance de Salm y la modernidad de su discurso feminista. Epístolas y otros escritos (1767-1845) онлайн

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La víspera del día en que cayó enferma (…) cantaba aún con una voz dulce, agradable y con un método perfecto. Era el lunes 7 de abril (…). Se mostró con una alegría hechizante, recitó no pocos versos bonitos de su juventud, todos inéditos, cantó y tocó el piano con una facilidad y una agilidad sorprendentes. Estábamos entusiasmados. Al día siguiente, martes 8 de abril, durante la última cena a la que asistió con sus amigos, la fiebre se apoderó de ella; se vio obligada a dejarlos y a meterse en la cama; y el domingo 13 de abril, a la una de la madrugada, ya no estaba.ssss1

Por lo demás, los biógrafos de Constance se complacen en destacar que la dama había conservado hasta el último momento sus plenas facultades y su amor al estudio y al trabajo: «Hasta el último momento conservó toda la fuerza de su espíritu, de su talento, y sobre todo el ardiente amor al trabajo que fue la necesidad de toda su vida. En efecto, sólo vivía para el estudio, los suyos y sus amigos. Casi entre ellos, murió en París, tras una enfermedad de tres días, el 13 de abril de 1845, a los 78 años de edad».ssss1

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