Читать книгу Mercados del lujo, mercados del arte. El gusto de las elites mediterráneas en los siglos CIV y XV онлайн

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La ciudad mercado artístico

Salvo en el caso de la platería, situar con precisión el origen de una producción artística urbana resulta difícil. Para la labor de los orfebres, no obstante, la concesión de la correspondiente marca por parte del rey fija sus inicios con exactitud. El arranque y desarrollo en las ciudades bajomedievales de otras manufacturas es más impreciso, pero la documentación desvela el papel destacado que los responsables del gobierno municipal tuvieron en el asentamiento de determinados artífices. El bien común reclamaba que la ciudad estuviera provista de todo lo necesario: en les ciutats insignes e famoses deu haver sufficiència de totes les coses reconoce un documento de 1451.ssss1 Con este propósito se concedieron innumerables franquicias a artesanos de toda índole. Per tal com d’aquell offici no ha degú en la vila se afirma al conceder franquicias a un escudillero en la villa de Cervera (Lleida) en 1373.ssss1 Las obtuvieron caldereros, tintoreros, carpinteros, tejeros, olleros o tornerosssss1 y, junto a ellos, picapedreros,ssss1 pintores,ssss1 estamperosssss1 o plateros.ssss1 En relación a estos últimos, los jurados de Cervera al acordar en 1452 las preceptivas franquicias a uno que tenia voluntat de aturar en ella, reconocen que la vila és ben decorada de argenter.ssss1 En ocasiones la oferta debió de estar directamente relacionada con la calidad reconocida al artista. Sucede con el traslado en 1374 de Llorenç Saragossà desde Barcelona a Valencia, (lo millor pintor que en aquesta ciutat sia, en palabras del rey sólo un año antes),ssss1 un elogio en el que insisten los jurados valencianos que, además, contribuyeron en la compra de la nueva casa familiar.ssss1

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