Читать книгу Entre tantos otros del montón. (Incoherencias inconexas) онлайн

5 страница из 17

Gurú Chaga: Es muy difícil por momentos, a veces tardo cuarenta y cinco minutos para salir, otras veces una hora y cuarto, solo porque las cosas se me resbalan de las manos o, meramente, porque cuando intento ponerme algo de ropa, mis brazos y mis manos parecieran querer jugarme una broma: lo que quiero agarrar lo empujo o lo golpeo y se cae, y eso no es lo peor, a los veinticinco descubrí algo terrible…

Carlos Tocarlos: ¿Ahí fue entonces que descubriste que sos adoptado?

GC: No, ¿qué tiene que ver eso? No. Descubrí que todo lo que siempre deseé le pasa a la gente a mi alrededor; entonces, empecé una agrupación semiespiritual con fines de lucro, la nombré “Habemus Chantapufi”. Al cabo de unos nueve meses, ya había músicos emergentes de todas las edades con brillantes futuros, compositores aclamados, científicos curiosos, astronautas en trámites espaciales.

La fundación, a la que tanto le agradezco, está a nombre de mi esposa. Yo me dedico a desear que me vaya bien y que mi fundación sea próspera, y por eso funciona, bueno, por eso y porque ella es contadora…

Правообладателям