Читать книгу Entre tantos otros del montón. (Incoherencias inconexas) онлайн

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Resignado y adolorido, decidí ayudar al cartero, que me miró y me dijo:

—Deje, no quiero ser una carga para usted, llevo muchos años haciendo esto y usted siempre está en la misma posición con un nuevo cigarrillo. Esta vez, no pude hacer mi parte del ritual.

Ahí entendí. No soy el único que inventa juegos con aspectos y cosas de la realidad para hacerla más dinámica. Hay muchos seres que se las ingenian para inundarse de humor, endorfinas y amor, o simplemente satisfacer una jocosa necesidad.

Antes de que muriese en mis brazos, le dije que mi frase para el ritual era “zafo de la fosa con el faso y el sofá”. El cartero me respondió, con un poco más de dificultad y, sin entender cómo no se había muerto aún: “Paso de sapo empapado, ahúma palo, saludalo”.

Rio y nunca más oí su voz. La voz de un hombre que me saludó durante treinta y siete años y yo nunca lo saludé en respuesta. El hombre que cumplió su parte a la perfección en mi ritual y que adaptó su ritual a mi inadaptada actitud.

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