Читать книгу Entre tantos otros del montón. (Incoherencias inconexas) онлайн

11 страница из 17

—La próxima te tiro y ni freno, o peor, venís en bondi.

Su hermano se quedó perplejo, y ella no esperaba decirlo, pero como lo hizo, se sobrepuso a su sorpresa y se puso firme en su palabra. Ambos se rieron y la tensión se diluyó.

Justicia en el país

de los limpiaparabrisas

En las oficinas ocupadas del terrible microcentro porteño, hace añares que se repite la misma rutina. Tanto es así que, en una oficina de mediano tamaño, donde dos viejos amigos, escribanos ambos, manejan con estrategias similares su compartido negocio y su amistad, un día todo se reventó inesperadamente.

Los dueños de la firma habían discutido. Nadie sabía por qué, nadie. Muy pocos metros cuadrados de una oficina repleta de empleadas y empleados, y nadie sabía nada. Los rumores volaban como microbios en plena tos, chisme y contrachisme, algunos durísimos, otros eran mentira, unos pocos muy graciosos e ingeniosos.

Por un mes, nadie oyó una palabra salir de la boca de ninguno de los escribanos. Apenas se los veía ingresar y egresar de las oficinas escoltando a un tercer traje vestido de hombre, que también caminaba muy serio.

Правообладателям