Читать книгу Las bases del yoga. El origen del hatha-yoga, los nathas, y su expansión en Occidente онлайн
53 страница из 102
En un lugar solitario, establecido en el estadio más elevado de la renuncia (saṃnyāsa), debe sentarse en una postura confortable; puro y en un lugar retirado, manteniendo el cuerpo, el cuello y la cabeza alineados, debe aquietar los órganos de los sentidos y mentalmente saludar a su guru con devoción.
Llevando la atención hacia el estable, puro, claro y placentero loto del corazón (debe meditar) allí en brahman, que es la fuente de todo, incomprensible, inmanifestado, de múltiples formas, auspicioso, tranquilo, inmortal, sin principio, ni medio ni fin, no dual, todo penetrante, conciencia, dicha, sin forma y prodigioso.29
Poder acceder a esta enseñanza y finalmente al conocimiento del ātman requiere de ciertas cualificaciones: una intensidad de propósito, un lúcido discernimiento sobre la finitud del mundo del nombre y la forma, un gran desapego y una intensa aspiración por el Absoluto. Pero además hay otro elemento muy importante que las Upaniṣads señalan repetidamente y que es la llave del proceso: la relación armoniosa entre guru y discípulo. Una antigua invocación védica (śānti-pathaḥ) que los estudiantes recitan tradicionalmente antes de recibir la enseñanza de las Upaniṣads dice así: