Читать книгу El tercer sector en España y en Europa. Crisis y resilencia онлайн

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La oferta de servicios sociales procedente de las OTS ligadas a la Iglesia católica y sus congregaciones era muy amplia, rivalizando con la oferta pública, como sucedió en los años treinta, durante la Segunda República Española, en el ámbito de los servicios educativos. La gran dimensión social y económica de las OTS religiosas les confería un elevado poder de negociación ante el Estado. Consiguieron, por ejemplo, una regulación específica para la provisión y gestión de servicios sociales, mediante la firma del Concordato en 1953 entre el Gobierno español y la Santa Sede, situación que, pese a la secularización, se mantuvo parcialmente tras el advenimiento de la democracia, a finales de los setenta.

En plena crisis del petróleo se produce la Transición española a la democracia y se inicia el proceso de edificación del Estado de bienestar. Ello demuestra que la voluntad política y social puede imperar sobre las restricciones económicas del momento histórico. Este proceso de intensa transformación se evidencia en la evolución del gasto público en servicios sociales, que pasa del 0,18% del PIB en 1978 al 0,87% en 1990 (Barea, 1997: 125). El nuevo régimen democrático actúa en varios frentes: a) el reconocimiento de un amplio abanico de libertades (de asociación, religiosa, etc.) y de derechos sociales; b) implantando un Estado de bienestar, satisfaciendo con servicios públicos las demandas sociales a través del presupuesto; c) la secularización, es decir, la supresión del carácter politizado (ligado al Movimiento Nacional) y católico (ligado a la Iglesia católica) del sector público existente, y d) una reforma institucional de la Administración Pública que crea el nivel regional de gobierno (comunidades autónomas –CC. AA.–) y potencia el ámbito municipal.

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