Читать книгу El joven Pierre Vilar, 1924-1939. Las lecciones de historia онлайн

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El 12 de julio de 1925, los camelots decidieron boicotear el discurso de entrega de premios que tenía que pronunciar precisamente Édouard Herriot en el liceo Louis-le-Grand. Después del alboroto, una treintena de estudiantes habían sido excluidos de la sala, y Herriot inició el discurso perdonando «con palabras evangélicas el comportamiento de la juventud que condena, sin conocerlas bien, ¡las ideas y los hombres!». Este es el resumen del discurso que ofrece Vilar:

consiguió articular un discurso, sobre los humildes y las élites; nos expuso de qué modo los grandes hombres, Napoleón, Gutenberg, Cristóbal Colón, habían tenido el camino preparado, y habían sido ayudados en sus carreras por pequeñas dedicaciones y genios humildes. Respondiendo gentilmente a Bioche, recordando sus recuerdos comunes, a veces con la sonrisa, dio paso, sin que lo pareciera, a la ironía; en un momento dado, citó una palabra de Napoleón, a una dama de su compañía que quería alejar del emperador a unos obreros que transportaban una piedra: «Señora, no insultéis jamás a aquellos que llevan una carga pesada». La alusión a su propia situación era clara y valió una ovación al autor. En fin, un discurso muy bueno, muy literario, tal vez demasiado y a veces un poco demasiado «normalien». No faltó nada, ni tan solo el «Viva Francia!» final.


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