Читать книгу El joven Pierre Vilar, 1924-1939. Las lecciones de historia онлайн

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Tened en cuenta, además, que en nuestro compartimiento ¡no había ni un obrero ni un extranjero!

El 23 de abril la decepción de Vilar es evidente: «sabed que renuncio a la política, después de la lectura breve de la Declaración ministerial: todo se ha abandonado, todo, el impuesto sobre el capital, reformas sociales, reforma militar, Alsacia, Lorena, cuestión del Vaticano (esto pasa mejor, ¡pero también es una renuncia!)». Y también: «¡Como Herriot ya no estará, yo no me ocupo de nada!». Una semana después discutió con la señora Billetdoux, en casa de sus parientes de París, porque, entre otras cosas, ella había insultado a Herriot (había dicho que era un hombre sin educación). La decepción sufrida quizá también explica que en las elecciones municipales del mes de mayo, Vilar pareciese volver a estar más interesado por lo que pasaba en Montpellier que en París.

Herriot no aparece solo citado como político, sino también como persona asociada al liceo Louis-le-Grand, ya que había estudiado allí. Los profesores no siempre hablaban bien de él. El 16 de noviembre Vilar comenta que Lemain, el profesor que el día de antes les había hecho la corrección de latín, tenía fama de hablar de política en las clases y se explicaba de él que en el año anterior solía hacer comentarios de este tipo sobre Herriot: «Ha acabado mal, el infeliz; hará caer a Francia, ¡y eso que fue colega mío!». Habían coincidido como profesores en la khâgne de Lyon. El 10 de diciembre son los recuerdos de un tío de Coulet, el señor Dupuy, el secretario de la École Normale Supérieure, los que emergen en las conversaciones, y Herriot también está presente en la clases de Charles Bioche, el profesor de matemáticas, que les había dicho que Herriot era muy tímido cuando preparaba el concurso.


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