Читать книгу La amistad argumentada. Teoría y práctica aristotélica онлайн

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Aristóteles es uno de los autores obligados que debemos estudiar como decía Hegel, uno de aquellos que fundaron la filosofía como tal, y goza de una envergadura tal que habla de cara a los siglos postreros; entre algunas razones, porque la ética es siempre necesaria, y aún más en tiempos de penuria moral como es nuestra época (de ahí que tanto interés tenga para nuestra filosofía contemporánea). Aristóteles fue, junto con Sócrates y Platón, uno de sus fundadores, y, por principio, hay que ir al comienzo para poder saber los efectos de algo, pues un error en los comienzos se hace grande y desastroso al final: “por poco que uno se desvíe de la verdad [al principio], esa desviación se hace muchísimo mayor a medida que avanza […], y por eso lo inicialmente pequeño se convierte al final en algo enorme” (De Caelo, 271b9-14).

Quizás nuestra época sufra las consecuencias —es una sugerencia objetable ciertamente, pero también válida— de haber perdido el rumbo que los moralistas de antaño intentaron imprimirle a la moralidad de sus pueblos. Además de la ética, la racionalidad práctica extendida a la política es de interés acuciante en tiempos posmodernos por la urgencia de pensar nuestros actuales problemas. Aristóteles teorizó en ambas líneas interconectándolas armónicamente, y ha sido rescatado por autores que defienden la ética de virtudes o también llamada ética de bienes, en contraposición a las éticas del deber de corte kantiano, o a las éticas utilitaristas, pragmáticas o del acuerdo.

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