Читать книгу La censura de la palabra. Estudio de pragmática y análisis del discurso онлайн

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Esta cooperación humana conduce a que tengamos expectativas en el comportamiento de nuestros congéneres, expectativas que, cuando pasan al dominio público, se convierten en normas. De hecho, un niño de dos o tres años ya busca normas en la conducta de los adultos.ssss1 La esencia de una norma social se encuentra en la presión del grupo sobre el individuo para que la cumpla bajo la amenaza de algún tipo de un castigo. No obstante, este comportamiento no se encuentra en otros primates. Cuando un chimpancé le hurta un alimento a otro, quien ha sufrido el robo lo hostiga e intenta que no disfrute de lo robado; ahora bien, el resto de los chimpancés no actúa del mismo modo: no persigue al ladrón. Entre los chimpancés, contrariamente a lo que sucede con los humanos, no hay claramente un castigo por parte de terceros ante las acciones que no se acomodan a lo establecido.ssss1

Como vimos más arriba (§ 1.1), los seres humanos no solo actuamos de un modo físico, sino también con la palabra y, por tanto, no ha de extrañar que se hayan desarrollado normas también en este ámbito. El censor se ocupa como tercero de que se cumplan algunas de ellas impidiendo que se comunique algo.


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