Читать книгу Creación lírica y cancionero amoroso. Una lectura de los "Sonetos espirituales" de Juan Ramón Jiménez онлайн

39 страница из 56

11-71-72

Tanto la estructura exterior (la simetría) como la interior (el símil) no son arbitrarias, sino que responden a una clara voluntad del poeta: lo simétrico, como un espejo, refleja las dos partes divididas por el eje, de tal manera que el total anhelo inherente a la carne se corresponde al ansia pura que hallará en el soneto su medio de expresión. El símil con su disposición en paralelo impone otro orden férreo parecido al que marca la poliestrofa, es decir, que a pequeña escala se reproduce el mismo efecto que a escala natural: el hecho de que una forma limitada y física contenga una fuerza ilimitada e intangible.

Pero pasemos, sin más dilación, a constatar todo esto en el soneto mismo (los incisos, subrayados y negritas son nuestros):

1

AL SONETO CON MI ALMA


Prácticamente en cada verso de la octava se engarzan las siete parejas de la correlación, integradas por un concepto material y otro inmaterial que se implican mutuamente, con el mismo recurso de la dualidad que veíamos en el soneto de Rossetti, las dos caras de una moneda: alavuelo, floresencia, llamafulgor, etc. La parte incorpórea, casi siempre matizada por un adyacente, infinito, errante, caminante, solo, etc., se impregna de unos valores fundamentales para la proyección del poemario. Estas parejas son, además, exponentes de lo más elemental y primigenio de la naturaleza para explicar así, de un modo natural, que el total anhelo es, por lo mismo, inherente a la carne.

Правообладателям