Читать книгу La escritura de la memoria. De los positivismos a los postmodernismos онлайн

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Otra gran interpretación de la historia en la época de entreguerras, aunque ya con claras repercusiones posteriores, es la de Arnold J. Toynbee (1889-1975). Su epopéyica Estudio de la historia sería celebrada, sobre todo en la primera posguerra, como la más grande narración histórica que se había escrito jamás. Sin embargo, su celebridad fue efímera, y a pesar de su magnitud es hoy considerada más por ser un original objeto historiográfico digno de análisis que por su influjo posterior desde el punto de vista metodológico y epistemológico. Al igual que Spengler, la carrera académica de Toynbee fue poco convencional, lo que cuadra bien en el contexto historiográfico de entreguerras, que ha sido definido como un período de agotamiento del modelo académico.ssss1

El Estudio de la historia apareció en doce volúmenes entre 1934 y 1961.ssss1 La obra de Toynbee se adentra en el mundo de la teología de la historia, al plantear una visión globalizante del devenir histórico, basada en una sucesión de veintinueve sociedades o civilizaciones. La clave para la comprensión de esas civilizaciones es el análisis de su nacimiento, desarrollo y decadencia. Los protagonistas reales de estos procesos no son las colectividades, sino algunos individuos excepcionales y las pequeñas minorías creadoras que encuentran unas vías que los demás siguen por mimesis o imitación. Aquí Toynbee realza un aspecto también propio de este período: la función de las elites, tal como Ortega y Gasset había expuesto años antes en su influyente ensayo La rebelión de las masas, cuya primera edición data de 1929.ssss1 Cuando las elites dejan de ser creadoras para convertirse en dominantes, las civilizaciones se estancan y pierden cohesión.ssss1

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