Читать книгу La escritura de la memoria. De los positivismos a los postmodernismos онлайн

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Además del acercamiento de la historia a la sociología y a la filosofía, la época de entreguerras fue también un interesante caldo de cultivo para las grandes interpretaciones de la historia, que llegaron sobre todo de la mano de los morfologistas como Oswald Spengler y Arnold J. Toynbee. Lo que se proponían plantear estos historiadores era la cuestión de la Historia Universal, en unos momentos en los que las dolorosas experiencias vividas especialmente en Occidente entre 1914 y 1945 habían dado al traste con el optimismo filosófico y científico edificado por la Ilustración del Dieciocho y el positivismo del Diecinueve.ssss1 Las morfologías construidas por estos audaces historiadores se basan en la idea de que lo que no puede alcanzarse en la historia mediante la formulación de leyes –la vieja aspiración positivista– se puede obtener mediante la contemplación y la comparación. A través de la ampliación planetaria de los objetos históricos analizados, los morfologistas deducen unas regularidades que les sirven para diseñar unas pautas cíclicas. De este modo, se accede a las reglas del pasado y hasta se aspira a predecir el futuro.

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