Читать книгу La escritura de la memoria. De los positivismos a los postmodernismos онлайн

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Sociólogos, filósofos y morfologistas dominaron la historiografía en la época de entreguerras, aprovechando la crisis en que se hallaba tanto la disciplina histórica como la misma civilización occidental, herida en lo más íntimo de los valores propios de la modernidad. Sin embargo, el modelo académico no se había agotado por completo, y es ahí donde se volverá a regenerar el tejido propiamente histórico e historiográfico.

La instrumentalización de la historia por parte de los duros movimientos ideológicos del momento –fascismo alemán e italiano, falangismo español; capitalismo inglés y americano; marxismo en la URSS y los países satélites–sólo parecía poder ser superada a través de un mundo académico libre de los condicionantes propios de un presentismo que, paradójicamente, había sido uno de los temas de debate principales de la historiografía de entreguerras. Es en este contexto en el que, a mi entender, hay que valorar la verdadera aportación de los Annales, que consideraban la historia como historia, sin aditamentos de ningún tipo aunque con el enriquecedor y necesario debate interdisciplinar con las restantes ciencias sociales.

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