Читать книгу La escritura de la memoria. De los positivismos a los postmodernismos онлайн

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Algunas de las obras de los años cuarenta del influyente y polivalente historiador catalán Jaume Vicens Vives (1910-1960) habría que situarlas también en este contexto epistemológico. Él nunca ocultó su admiración por la obra de Toynbee y su teoría de las elites, aunque ciertamente a partir del año 1950 todas sus energías se centraron en la introducción de los postulados historiográficos de la escuela de los Annales en España. Durante los veinte últimos años de su corta e intensa existencia, los que van desde el final de la guerra civil española (1939) a su prematura muerte (1960), Vicens estimuló continuamente la construcción de obras enciclopédicas y de síntesis, lo que es bien elocuente del notable influjo que ejercieron sobre él los experimentos globalizantes de los historiadores británicos de los años treinta y cuarenta.ssss1

El rígido mecanicismo de Spengler y el esquematismo simplista de Toynbee convierten su magna obra en unos originales pero infecundos ejercicios de especulación histórica a priori, dejando de lado la verdadera investigación histórica, que tantos frutos estaba dando paralelamente a través de la construcción de las grandes monografías generadas al socaire de la escuela francesa de los Annales. En este sentido, es bastante significativo que el camino emprendido por estos grandes morfologistas de la historia como Spengler y Toynbee haya terminado en un callejón sin salida. Ya en su momento, el mismo Lucien Febvre dedicó unas durísimas críticas a los intentos globalizadores de Spengler y Toynbee. La historia académica se revolvía con toda energía contra esos experimentos procedentes de unos ámbitos no reglados, con ciertos «ardores de neófitos», según la agria expresión de Febvre.ssss1

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