Читать книгу Ser padre con san José. Breve guía del aventurero de los tiempos posmodernos онлайн

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Nos hallamos ante un acontecimiento único, milagroso, que carece de todo equivalente. Por eso nuestros conceptos tienden a reducir esta concepción a algo visible. Pero el error deriva también de representarnos a Dios como una super-criatura que actuaría en el mismo plano que nosotros y con quien tendríamos una relación concurrente: cuanto más Padre es Dios, menos lo es el hombre; cuanto más hay de divino, menos hay de humano. Nada menos cierto. Ningún milagro procedente de quien ha creado el curso ordinario de las cosas tiene lugar para que nos volvamos hacia lo extraordinario, sino para conducirnos hacia lo ordinario con asombro. Cuando el ciego de nacimiento ve, es la vista, común a todos los hombres, lo que de repente se presenta como un don prodigioso. Del mismo modo, cuando la Virgen concibe y un carpintero se convierte en padre de una manera no biológica, son la maternidad y la paternidad ordinarias las que revelan su maravilla.

8. Por decirlo de un modo conciso, nosotros somos padres gracias a las fuerzas de la naturaleza, mientras que José es padre gracias al creador de las fuerzas de la naturaleza. La luz no vale menos si procede directamente del sol que si es reflejada por la luna. El río no es más puro si procede del manantial que de los arroyos. En este sentido, la paternidad de José es más radical que la nuestra. Entronca directamente con la del Padre de quien procede toda paternidad en los cielos y en la tierra (Ef 3, 14-15).

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