Читать книгу Ser padre con san José. Breve guía del aventurero de los tiempos posmodernos онлайн

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La organización política originaria de Israel se identifica con la familia, insertada en una de las doce tribus, y con los jueces, jefes de mil, de cien, de cincuenta y de diez (Ex 18, 21-22), conforme a una perfecta subsidiariedad. El Señor es su rey y, como también es el creador, a cada uno lo nombra rey y reina, cada uno a su nivel. El sol se levanta sobre todos sin excepción y cubre cualquier cabeza con la diadema más espléndida. Naturalmente, un poder centralizado, monárquico, cuenta con más fuerza para oponerse a las invasiones de los conquistadores. Las doce tribus nacidas de Jacob no ofrecen la misma resistencia que la unión jacobina. Una organización en familias soberanas como esta tiene algo de utópico. No obstante, no se trata de la utopía abstracta de un ideólogo; se trata de la utopía práctica de un padre de familia.

2. La genealogía de Jesús que se nos ofrece no es la de María, sino la de José. La madre inserta al hijo en la carne, lo lleva en su seno. El padre lo inserta en la sucesión de generaciones, reconoce al hijo ante el estado civil. Entre el anuncio que recibe María y el sueño enviado a José la diferencia viene marcada por este reparto. A María el ángel Gabriel le ofrece como prueba el hecho de que su prima Isabel se halla milagrosamente encinta. Ante José, el ángel del Señor cita al profeta Isaías: La Virgen concebirá y dará a luz un hijo, a quien pondrán por nombre Emmanuel (Mt 1, 23). No recurre por encima de todo a un milagro contemporáneo, sino a la historia de Israel y a ese misterioso Emmanuel que ha de sustituir a Ajaz, rey de Judá.

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