Читать книгу La siderurgia de Sagunto durante el primer Franquismo (1940-1958). Estructura organizativa, producción y política social онлайн

27 страница из 46

De este modo, aunque Cataluña continuó siendo el complejo industrial más grande de España, en la década de 1870 se estaba desarrollando un segundo centro en las provincias vascas en torno a la industria del hierro, por lo que la prosperidad vasca se basó en las minas de hierro de Vizcaya.

Fueron las leyes liberales sobre la minería de la Revolución de Septiembre de 1868, unidas a las demandas del proceso Bessemer para las «menas rojas» vizcaínas de bajo contenido en fósforo, las que animaron la inversión extranjera, en particular la británica, en las minas de Vizcaya. Las minas de hierro abiertas se encontraban próximas al mar y había una importante oferta de trabajo barato. En 1889 se exportaron al sur de Gales cinco millones de toneladas de mineral.

Estas inversiones se contemplaban como una «explotación colonial». Pero fueron las rentas que se pagaban a los propietarios de las minas y los fletes de regreso con coque barato los que proporcionaron el dinero y el combustible barato para modernizar la industria del hierro vasca, técnicamente atrasada. El primer horno de coque –horno alto– empezó a funcionar en 1865, tal como se ha apuntado arriba. El primer convertidor Bessemer para la producción de acero dio su primera colada en 1885 en la Fábrica Altos Hornos de Bilbao creada en 1882. En esta misma instalación, en 1900 había instaladas tres baterías de coque y tres hornos altos de 100 Tm de capacidad cada uno.


Правообладателям