Читать книгу Enemigos íntimos. España y los Estados Unidos antes de la Guerra de Cuba (1865-1898) онлайн
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I remarked that the principal use we should make of the Island would be to dry and cure fish, and as a dépôt and harbor for the vessels employed; that without suitable facilities for these purposes the concession would be greatly diminished in value to us; that, the Island being inhabited, it had appeared to me the concession might be made in the form I had suggested, without inconvenience; that no ulterior motive could be attributed to the United States in occupying this isolated spot in the Atlantic; we had always dealt fairly and openly with other nations in all territorial questions; we were in fact the only great power that had never acquired possessions by conquest; and that not even our intercourse with the Indian tribes furnished an exception to this broad statement134.
Después de esa reunión, el Ministerio de Estado prefirió entregar el proyecto a los departamentos de Fomento y Hacienda para su posible modificación, ya que Martos no creía que las Cortes lo aprobarían bajo la forma de una convención internacional. Al mismo tiempo, Martos le comunicó a Sickles que las Cortes no tendrían tiempo de examinar la cuestión antes de octubre de 1871. Era evidente que el gobierno español, aunque desconocía el desinterés de Washington, se había echado atrás y aplazaba indefinidamente la cuestión para no irritar al susceptible diplomático estadounidense135. Una vez perdido el interés en Madrid, y careciendo del apoyo del Departamento de Estado, Sickles fue incapaz de volver a resucitar la cuestión de las pesquerías canarias.