Читать книгу Enemigos íntimos. España y los Estados Unidos antes de la Guerra de Cuba (1865-1898) онлайн

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Una vez que Cushing consiguió un compromiso de reciprocidad por parte del Departamento de Estado, se pudo firmar un protocolo judicial que concedía casi todas las peticiones estadounidenses: los ciudadanos de los Estados Unidos residentes en territorios españoles que fueran acusados de sedición, infidencia o conspiración contra el gobierno, pero que no fueran apresados con las armas en la mano, serían sometidos a la jurisdicción ordinaria (art. 1); los apresados con las armas en la mano, aun sometidos a la jurisdicción militar, conservarían todas las garantías judiciales otorgadas por la Ley de 17 de abril de 1821, como el derecho a un abogado y a la presentación de testigos y pruebas (arts. 2-4); y todas las sentencias tendrían que consultarse con la instancia judicial superior civil o militar (art. 5). A cambio, el gobierno de los Estados Unidos concedía a los súbditos españoles en su territorio las mismas garantías judiciales que poseían los ciudadanos norteamericanos acusados de cualquier delito126.

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