Читать книгу Enemigos íntimos. España y los Estados Unidos antes de la Guerra de Cuba (1865-1898) онлайн
123 страница из 131
Por otro lado, la iniciativa estadounidense dependía completamente de la colaboración de las grandes potencias europeas, algo que el gobierno español entendió enseguida. Cánovas, que había vuelto a sustituir a Jovellar al frente del gobierno en diciembre, se apresuró a obtener garantías en las capitales europeas de que esa colaboración no se materializaría. Una vez estuvo claro que Gran Bretaña no tenía interés en formar parte del proyecto, la iniciativa de Fish se desinfló aceleradamente sin que el secretario de Estado se esforzase mucho por reanimarla. Asimismo, tampoco parece que Fish prestase mucha atención a las exóticas propuestas particulares que llegaron al Departamento de Estado utilizando la iniciativa multilateral como excusa para realizar la adquisición de la isla de Cuba122. La propuesta acabó siendo enterrada discretamente por gobiernos en enero de 1876.
Después de la tensión generada por este episodio, las relaciones bilaterales mejoraron gradualmente a partir de la primavera de 1876. En abril, el gobierno Cánovas se comprometió formalmente a satisfacer todas las demandas estadounidenses pendientes. Específicamente, prometió abolir la esclavitud una vez terminase la guerra en Cuba, abonar las indemnizaciones falladas por la Comisión de Washington lo antes posible y conceder protección judicial a los norteamericanos residentes en las Antillas mediante un nuevo convenio bilateral123.