Читать книгу Enemigos íntimos. España y los Estados Unidos antes de la Guerra de Cuba (1865-1898) онлайн

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El acomodo de la Restauración

La restauración de la monarquía borbónica en España no fue exactamente un triunfo del tradicionalismo español. Pero la reacción inicial de Washington no resultó muy diferente a lo que hubiera ocurrido en ese caso. El nuevo régimen político español había nacido con un perfil conservador que la diplomacia estadounidense tardó en digerir. Además, el papel de los intereses cubanos en su establecimiento no le daba mejor crédito112.

Después de la decepción sufrida con la dictadura de Serrano, el secretario de Estado norteamericano ordenó retrasar el reconocimiento diplomático hasta que el nuevo régimen demostrase más estabilidad: “When the new Government shall become firmly established, it will be recognized in accordance with the policy of the United States of recognizing a de facto Government but this reactionary movement does not demand excessive promptiness of recognition at our hands”113.

La dictadura de Serrano no había llegado a abonar las indemnizaciones del Virginius y tampoco había puesto en práctica el Decreto de 1873; además, había decretado una elevación fiscal muy lesiva sobre los comerciantes estadounidenses en julio de 1874. La monarquía de Alfonso XII, que había empezado por suspender las garantías constitucionales, no nacía con visos de querer resolver esos litigios. Por esa razón, aunque la Restauración no tardaría en lograr el reconocimiento de las potencias europeas, no ocurrió lo mismo con los Estados Unidos. Washington no reconoció al nuevo régimen hasta que España abonó las indemnizaciones pendientes a los familiares de las víctimas del Virginius114. Sin embargo, el primer gobierno Cánovas (9-I-1875/12-IX-1875) resolvió con relativa rapidez esta cuestión menor, que sólo dependía de los problemas de liquidez de la hacienda pública.

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