Читать книгу La Unión Europea. Historia de un éxito tras las catástrofes del siglo XX онлайн
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El objetivo último de estos movimientos neofascistas es la destrucción en sí del edificio moral e institucional de la Unión Europea. El asalto al Estado, una vez más en trágica repetición histórica, para enfrentar a la ciudadanía, primero con los recién o no tan recién llegados, los inmigrantes, y después con «el otro», revestido de amenaza terrorista, y que justifica el cierre de las fronteras, el recorte de las libertades ciudadanas.
El America first no tiene nada de original, ya llevan años predicándolo los estrategas de la extrema derecha en Europa con la resurrección de los viejos mitos de la superioridad, el encierro en las fronteras estatales y la exclusión de la diferencia, sea de raza, religión o costumbres, en contradicción con el generoso y a la vez conveniente e interesado proceso de comprensión, asimilación en algunos casos y convivencia en la mayoría.
La fragilidad de las propuestas económicas de esta caterva no parece preocupar. La necesidad de renovación demográfica, por ejemplo para asegurar la estabilidad de las pensiones públicas, la falta de mano de obra en determinadas ocupaciones, por hablar de temas nítidamente egoístas, no parecen ser de su interés. Cuentan con la desesperación de los obreros industriales, condenados al paro permanente en función de la deslocalización de las empresas «nacionales», y la sencillez aparente del mensaje: impuestos para los empresarios que contraten inmigrantes, cierre de las fronteras en todo caso. Y vuelta a las proposiciones de autarquía económica en el justo momento histórico en el que se consolida, o va camino de hacerlo, la globalidad. Enarbolar los mitos nacionalistas, estatales en este caso, conforma el paquete capaz de atraer a millones de electores, e incluso amenazar pura y simplemente con la eliminación a los disidentes.