Читать книгу La Unión Europea. Historia de un éxito tras las catástrofes del siglo XX онлайн
18 страница из 89
Estos hechos, someramente descritos, requieren la respuesta de la ciudadanía europea, y por supuesto de los estados miembros y de las instituciones de la Unión Europea. Acaso, por ese orden, aunque no tenga la convicción de que vaya a producirse a partir de una sacudida ciudadana sobre los gobiernos de los estados, ni de estos, que son los protagonistas, sobre las instituciones de la UE. La construcción, no se olvide, partió de la voluntad de los estados, eso sí, con la participación activa de dos formaciones políticas continentales de amplio arraigo ciudadano, la democracia cristiana y la socialdemocracia. Es cierto que la implicación de la ciudadanía se produce mediante los estados, sus instituciones democráticas. La agenda europea, a diferencia de recientes experiencias, formaba parte del discurso ante la ciudadanía, y buscó y encontró respuesta positiva en la ciudadanía. Resulta cuando menos sospechosa la falta de discusión europea, por ejemplo, en las recientes convocatorias electorales españolas; desde luego, a partir del hito de 1986 el decrecimiento ha sido constante.