Читать книгу La Unión Europea. Historia de un éxito tras las catástrofes del siglo XX онлайн
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Entre tanto, la UE, bajo el principio de la no injerencia en los asuntos internos de los estados, procura las relaciones con regímenes que nunca han tenido la intención siquiera de acomodar sus objetivos a unas mínimas formas democráticas, como las teocracias feudales de Oriente Próximo. La lógica de los intereses se sobrepone a la ética de las convicciones, y en este aspecto, sin miramiento alguno por los objetivos globales de la propia UE: son los estados, cada estado y sus élites económicas, los que procuran el beneficio de las empresas bajo el velo del empleo y la renta en sus respectivos ámbitos territoriales.
La sustitución de los valores democráticos, los republicanos desde las revoluciones del siglo XVIII, considerados la herencia europea de vocación universal, por los valores del mercado desregulado se ha extendido a la manera de una metástasis por todo el continente, señalando asimismo el camino para los recién incorporados a la convocatoria democrática universal.
La enajenación de la lealtad institucional por parte de la ciudadanía es el correlato con dos sendas opuestas: la rebeldía indignada con el sistema corrompido y sus representantes y la emergencia de movimientos sociales y políticos alternativos, con peligro real de la consolidación de movimientos de extrema derecha, alternativos al sistema democrático, profundamente nacionalistas contra toda integración supraestatal, a la que se culpabiliza de la exclusión de los nacionales de cada estado con la llegada de migrantes, ya se trate de refugiados huidos de la guerra o de los que buscan una alternativa a la desesperación de la miseria.