Читать книгу La Unión Europea. Historia de un éxito tras las catástrofes del siglo XX онлайн
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Trasladado a las relaciones internacionales, el aislacionismo proteccionista supone la eliminación de las trabas que imponen los tratados, y el ejercicio directo del poder de EE. UU. en unas relaciones bilaterales que siempre serán necesariamente desiguales, con la inclinación de la balanza, se piensa, en favor de los intereses de EE. UU., o lo que es lo mismo, de las élites económicas y financieras de EE. UU., porque acaso por primera vez se cumple la sentencia marxista de que «los gobiernos son el Consejo de Administración de la burguesía» como en ninguna otra etapa de la historia. Algo que ha llevado a Die Zeit (5 de febrero de 2017) a preguntarse «¿Hatte Karl Marx recht?».
Trato entre desiguales, pues aunque el Reino Unido invoque su relación especial no deja de ser una porción menor ante las dimensiones de EE. UU., y, uno a uno, los estados miembros de la UE tampoco tienen garantías de un trato igual en el caso de consolidarse el nuevo ejercicio del poder norteamericano.
Por supuesto que esta perspectiva excluye, por su propia naturaleza, el recurso al sistema de Naciones Unidas en la prevención, mediación y solución de los conflictos, así como reduce el papel de los organismos especializados del sistema ONU. El análisis coste-beneficio más rudimentario puede que presida las decisiones de la nueva Administración norteamericana, y en consecuencia, como en el comercio, las finanzas o la producción industrial, el comportamiento norteamericano se ajuste a estas sencillas y catastróficas reglas. Mientras no peligren las cuentas de resultados en los balances de las empresas, tratados como el del cambio climático pueden ser pospuestos o incluso anulados si suponen una amenaza para los beneficios del nuevo Consejo de Administración. De la misma manera que pueden darse relaciones en apariencia contradictorias con los valores y tradiciones, como puede ser el caso de las conexiones de los intereses económicos por encima de cualquier otra consideración con Rusia, mercado de consumo y sobre todo de provisión de energía compatible con un acuerdo bilateral entre socios del negocio de los combustibles fósiles.