Читать книгу Riesgo Sísmico en San Miguel de Tucumán онлайн

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Imaginemos un bloque de roca en el interior de la tierra sometido a fuerzas que tienden a deformarlo desplazando una parte del bloque respecto de la otra. Inicialmente la roca resiste el esfuerzo deformándose sin fracturarse, de un modo elástico. Una deformación elástica implica que si los esfuerzos cesan la roca retoma su forma original. Ahora bien, si la acción de las fuerzas persiste la roca se partirá en dos bloques separados por un plano de fractura. La deformación es entonces permanente y la forma original es irrecuperable. Con la fractura se produce un estallido, o impulso, que se traduce en la emisión de ondas sísmicas. Este proceso está representado en la Figura 1.1. En ella, el panel superior muestra un estado inicial, previo a la deformación, con indicación de la traza de la futura fractura; las flechas dan la orientación de los esfuerzos locales. El panel central representa la etapa de deformación elástica, con las capas onduladas, pero no separadas aún por la incipiente fractura. Finalmente, el panel inferior corresponde a la situación posterior a la fractura, con las capas desmembradas. En el esquema se ha supuesto que las capas han recuperado sus formas originales, es decir, que la deformación de las capas fue elástica. Al hablar del interior de la Tierra y del efecto que tiene la temperatura sobre las rocas, se ampliará la noción de deformación introduciendo el estado plástico.

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