Читать книгу La transición española. Una visión desde Cataluña. Tomo I онлайн

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Después del trágico suceso, muchos de los obreros de la Térmica se dispersaron por las obras y las fábricas de la barriada del Besós, mientras que otros fueron al Obispado de Barcelona, a los colegios profesionales y a la Universidad, para explicar lo ocurrido. La indignación tuvo una respuesta inmediata entre la clase trabajadora, convocando durante toda una semana huelgas, acciones de protesta, multitud de pintadas y el reparto de miles de octavillas, participando alrededor de ciento cincuenta mil personas. El mismo día 3, cerca de tres mil manifestantes recorrieron el barrio del Besós, y en la tarde del día 6, tuvo lugar una nueva concentración delante de la iglesia de Sant Paulí de Noia, cerrando muchos comercios y bares.

El entierro del trabajador Manuel Fernández se desarrolló de forma irregular, ya que la inhumación que se realizó el día 4 de abril se hizo a escondidas y antes de hora, concretamente a las ocho y media de la mañana en el cementerio de Badalona, no atreviéndose las autoridades gubernativas a aceptar el entierro del cuerpo en Santa Coloma de Gramanet, lugar donde residía la víctima, por los posibles altercados que podrían producirse.


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