Читать книгу La transición española. Una visión desde Cataluña. Tomo I онлайн

354 страница из 489

Y en caso de llegar a juicio proponía:

«Quiero ser juzgado en catalán, en Cataluña y por unos jueces que no sean cómplices de la nueva Ley de Orden Público, por unos jueces que no pertenezcan al TOP, vergüenza de España, reminiscencia secularizada de la más rancia tradición inquisitorial. Tenéis la clase obrera y trabajadora crucificada. Un clavo en los pies: Granada. Un clavo en la mano derecha: Ferrol. Uno en la izquierda: SEAT. Una corona de espinas en la cabeza: Erandio. Una lanza en el costado: Getafe. Procesáis al obrero y dejáis impune al que mata y manda matar,»383

Le detuvieron de nuevo el 12 de noviembre de 1972 en Ripoll y le trasladaron a la cárcel de Zamora por no pagar una multa de cincuenta mil pesetas. Allí, al otro lado del país, junto a un grupo de sacerdotes que también se revelaban contra el régimen, comenzó de nuevo su cruzada particular.

Seguidamente inició una huelga de hambre que le llevó en el quinto día al estado de coma, siendo liberado inmediatamente. Rechazó las convocatorias del TOP de abril de 1972 y abril de 1973 considerándolas ilegales: «Solo un tribunal catalán, nacido de un orden democrático de mi pueblo, tiene derecho a juzgarme»384, y fue nuevamente detenido por los hechos de María Medianera, imponiéndole una multa de trescientas cincuenta mil pesetas. La declaración de este, al comenzar una nueva huelga de hambre decía así:


Правообладателям