Читать книгу Piñera porno. Clímax y caída de la obscenidad neoliberal онлайн

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Resulta ser que, hoy por hoy, la Convención Constituyente es presidida por Elisa Loncón Antileo, no solo con dos apellidos que no participan de la elite, sino con dos apellidos mapuches.

Este sencillo ejemplo muestra que vivimos una época de estrepitosa decadencia de la elite de la transición y de la elite tradicional de la historia oligárquica de Chile. Cae un orden de dos siglos y un suborden de cuarenta años. Vivimos el final del proceso de la posdictadura, de la transición, del neoliberalismo; usted lo llama como quiera. Lo cierto es que se cae. Y con ello se desplazan las placas tectónicas más profundas. Es obvio que no todo cambiará, nunca acontece. Pero indudablemente lo que estamos viviendo es un cataclismo político.

No todos los órdenes se caen igual. La Edad Media se cayó en la forma de Barroco o de Gótico flamígero en las catedrales, con hermoso canto gregoriano y herejes correteando en los pueblos para promover sus doctrinas o para huir de las persecuciones (en estos últimos casos el correteo era más dramático, pero igualmente teatral). La Unión Soviética se destruyó desde que Gorbachov enunció la doctrina Sinatra1. Había bastado que personas de otro país (Alemania Oriental o RDA) rompieran con sus manos, sin un arma, un muro divisorio. Nadie disparó un revólver ni blandió al aire un cuchillo, no hubo enfrentamientos, solo fue alegría arriba de un muro decadente y silencio de la parte derrotada. El jerarca de la RDA terminó viviendo en Chile (y la derecha no lo molestó en absoluto, era la decencia del acuerdo entre dos exdictaduras). Luego de ello, un imperio se derrumbó en cosa de días. No es normal que el segundo espacio orgánico de influencia global cayera en pedazos sin choque de trenes, sin librar una batalla decisiva, sin muertos. Fue sorprendente. Las épocas se caen, cada una a su manera. Eso podríamos decir, con Sinatra. Pero no siempre es tan cierto. Siempre, en todas las épocas, en todos los procesos, el derrumbe de una época puede mostrarnos la morfología de su caída, la apabullante sinfonía de su destrucción. ¿Cómo es la sinfonía del orden que ha caído en Chile? ¿Cuál es el tono, el color, el sabor de esta muerte?


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