Читать книгу Piñera porno. Clímax y caída de la obscenidad neoliberal онлайн
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Cabía esperar tantas rutas, tantos caminos, tantas posibilidades. Cabía esperar sutilezas, una que otra clarividencia, una metáfora suficiente, un guiño literario que nos pasmase a todos. Pero no ha sido la forma, no ha sido el modo de la caída. Al final, hemos vivido una puesta en escena hecha de obscenidad, de pornografía. Sebastián Piñera prometió que Chile, gracias a él, no se convertiría en Venezuela. De pronto arreció la violencia y la inestabilidad; y el fantasma de Venezuela parecía ofrendar una ironía al palacio de gobierno. Después vino un proceso constituyente con convencionales electos: ya se parecía más a Venezuela. Finalmente, el Presidente de la República aparece en cientos de periódicos por todo el mundo debido a la desclasificación de información internacional que lo compromete en negocios en paraísos fiscales y posibles negociaciones incompatibles. Un párrafo del contrato es pornográfico: el comprador, un amigo de Piñera, el hombre que estuvo preso por el caso Penta, condiciona el pago de la última cuota a decisiones del gobierno. Y se firma. La familia del Presidente, y el mejor amigo del Presidente, firman el contrato que establece que parte del cumplimiento de dicho acuerdo dependerá de las acciones que ejecute (o no) el gobierno. ¿Venezuela? Sí, una forma de venezolanización llena de abogados.