Читать книгу Piñera porno. Clímax y caída de la obscenidad neoliberal онлайн

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Esta obra no es una investigación. Es una reflexión sobre el pornográfico presente de nuestra decadencia. Esta época tiene el símbolo de Sebastián Piñera, que es el nombre que resume todo el proceso. Es el asesino, es el asesinado; su nombre es la promesa de una época, su nombre es la decepción de una época. Porque la promesa de nuestra transición no era Lagos, ni Aylwin, indudablemente no era Frei (nunca ha sido una promesa para nadie). Es cierto que era un poco Bachelet, el perdón, la concordia, la superación de la sangre y las lágrimas; Bachelet Cristo crucificado y luego resucitado. Y al final Bachelet cayendo por no entender que para ser Cristo es preferible no tener hijos. Todos estos líderes (Aylwin, Lagos, Bachelet) fueron símbolos importantes. Frei no, ya lo dijimos, no hagamos de su mediocridad motivo de sorna. Pero había, en medio, líderes con diversos méritos, un hombre agazapado en el borde de la historia que esperaba su momento para convertirse no solo en un símbolo, sino que también en un arquetipo: Sebastián Piñera Echenique, hijo ilegítimo de la derecha, hijo ilegítimo del empresariado, un genio en situarse donde ganar, un acelerador de partículas capaz de generar a su paso bombas atómicas en la sociedad. Un Michael Corleone para el crecimiento, un Fredo Corleone para la estabilización. Genio y estúpido, pero siempre banal. Antes sencillo que muerto.


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