Читать книгу El ocaso de los dominios valencianos de los Medinaceli. El tránsito del antiguo régimen al liberalismo en los estados señoriales de Segorbe, Dénia y Aitona онлайн

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Otro de los grandes componentes de la renta nobiliaria era el tercio diezmo. Teniendo en cuenta que el tercio diezmo se cobraba sobre los frutos y cosechas de todas las tierras y no solo de las que se encontraban bajo señoría directa del señor feudal, vuelve a sorprender la parquedad de las rentas recaudadas con este impuesto (cuadro 7). Dos son las razones que explican esta situación. Fundamentalmente, las ocultaciones de cosechas practicadas por los cultivadores, sobre todo en el conocido como derecho de paner y en el diezmo de daza y alubias. En la visita general de 1766, el procurador patrimonial del duque expresaba los graves perjuicios, alrededor de unas 500 libras, que suponía a la hacienda ducal el no poder cobrar el derecho de paner, aquel que gravaba hortalizas y verduras, cada vez más abundantes en el regadío segorbino. Resultaba todavía más onerosa la merma en el diezmo de daza y alubias, por cuanto recogidas estas cosechas sus dueños las usaban para su propio consumo, vendían posteriormente lo que les parecía y del sobrante partían el diezmo, lo que ocasionaba un detrimento de unas 700 libras a la hacienda señorial.26 La segunda razón que explica la debilidad del tercio diezmo, a pesar del incremento de los frutos cosechados en el monte, concierne a las características de esas mismas cosechas, donde cada vez sobresalían más las algarrobas y el aceite, productos que no aparecían en el listado de los productos gravados por el diezmo (cuadro 8).


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