Читать книгу El ocaso de los dominios valencianos de los Medinaceli. El tránsito del antiguo régimen al liberalismo en los estados señoriales de Segorbe, Dénia y Aitona онлайн
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Quedan por clarificar los derechos privativos fijados sobre la actividad marítima. Ya se ha visto cómo en Dénia esos derechos permitieron a la Casa ducal compensar los precarios ingresos que reportaban el resto de los monopolios, ¿se presentaba en Xàbia una situación análoga? Xàbia disponía de un excelente puerto natural, a resguardo de los temporales y con capacidad para embarcaciones de mayor tonelaje; sin embargo, su rivalidad con Dénia y la preferencia que el entonces conde había proporcionado a esta última, por su condición de cabeza de señorío, le habían impedido desarrollar todo su potencial comercial.109 Esta situación cambió con la Guerra de Sucesión, al optar claramente Dénia por el bando austracista, mientras que Xàbia dio su apoyo al bando borbónico. La fidelidad de Xàbia a la nueva monarquía le reportó numerosos privilegios, entre ellos el de permitirle exportar mercancías y frutos del país,110 lo que provocó un floreciente tráfico basado en la exportación de pasas. La actividad del puerto se vio reflejada en los derechos de peaje y lleuda percibidos por la casa señorial, que se analizarán junto con Dénia en otro epígrafe del capítulo. Pero ¿también los derechos de ancoraje y pontaje supusieron para la hacienda ducal unos valiosos ingresos como ocurría en Dénia? Ni cuantiosos ni menguados, sencillamente no existían. Ante los continuos ataques moriscos sobre las costas, el marqués Francisco de Sandoval ordenó la fortificación de dos castillos en las playas de Xábia, que costeó la villa. Como recompensa, en el año 1581 se concedía al Consistorio la autorización para cobrar en el puerto de Xàbia los derechos de ancoraje, pontaje, botigaje, cargador y descargador, que hasta ese momento había ingresado la hacienda señorial.111