Читать книгу El ocaso de los dominios valencianos de los Medinaceli. El tránsito del antiguo régimen al liberalismo en los estados señoriales de Segorbe, Dénia y Aitona онлайн
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Será, de nuevo, el tercio diezmo la prestación señorial que permita aumentar unos ingresos tan parcos, recaudándose anualmente 9.000 reales. Aun cuando estas rentas representaban más de dos tercios de los ingresos señoriales en Xàbia, su cuantía no descollaba entre los dominios valencianos porque también aquí las ocultaciones y ausencias de cosechas eran frecuentes. En el listado de las cosechas que pagaban el tercio diezmo (cuadro 24) vuelven a faltar productos fundamentales: seda, legumbres verdes, hortalizas, melones y, especialmente, la principal cosecha, la pasa,107 además de las algarrobas, que pagaban por voluntad del cosechero.
Bienes enfitéuticos no muy abundantes y de limitadas rentas, imposiciones del tercio diezmo que no alcanzaban a las cosechas más significadas…, si a estas circunstancias unimos la enajenación de los monopolios y derechos privativos de la Casa ducal, entenderemos los paupérrimos ingresos que presentaba la hacienda señorial. Pero ¿por qué no disponía Medinaceli de los monopolios en Xàbia? En el año 1596 el marqués Francisco Gómez de Sandoval concedió a la villa de Xàbia en establecimiento enfitéutico las regalías de la carnicería, la pescadería y el almudín o peso de la harina. La concesión permitía al Consistorio controlar una parte de la distribución de productos básicos pero no suponía una sangría importante para la hacienda señorial. No ocurrirá lo mismo con las mercedes de 1617, que concedían a la villa la facultad de arrendar las tiendas, mesón, panadería y el peso y medida para poder satisfacer las necesidades más imperiosas y los censos cargados sobre la población, ante la más absoluta falta de bienes propios. Las regalías fueron concedidas por el marqués mediante módicos censos y durante su «mera y libera voluntad», pero en la realidad se fueron prorrogando constantemente y cuando la hacienda señorial pretendió recuperarlas los intentos resultaron infructuosos. No estamos hablando de pequeñas cantidades, como demuestran los ingresos que recibía la villa por su arriendo anual (cuadro 25).108