Читать книгу Cuarenta años y un día. Antes y después del 20-N онлайн
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Aunque no había habido por razones obvias ninguna imagen relacionada con el acontecimiento, ese detallado parte médico, a pesar de su carácter técnico, había suscitado numerosos comentarios y rumores que habían nutrido la imaginación a falta de poder conocerse la verdad exacta, en una atmósfera que el diario Informaciones describe escuetamente el día después: «A las redacciones llegaban teletipos con informaciones que luego eran embargadas, y noticias contradictorias que atestiguaban el clima de tensa expectación en tomo a la salud del Generalísimo».ssss1 Las circunstancias –no precisadas en el parte oficial pero rumoreadas y deformadas– en las que se desarrolló la operación le confirió unos toques esperpénticos por las condiciones muy precarias en que se hizo: por ejemplo, fue envuelto desnudo en una alfombra para bajar las escaleras del palacio, por las que no podía pasar la camilla, y se fue la luz en plena operación por fundirse los plomos. Solo fue después de esta operación catastrófica cuando el enfermo ingresó en el Hospital de la Paz contra su voluntad.